Hay tantas historias jamás contadas de quienes buscan alcanzar el sueño americano, historias que muchas veces quedan atrapadas en el desierto de Arizona o el temible Río Bravo, en donde miles de personas han perdido la vida, como le sucedió al joven arroyosequense Miguel Marín, quien a sus 18 años de edad creyó firmemente que irse para los Estados Unidos de América era una de sus mejores opciones para salir adelante y forjar un mejor porvenir; estaba dispuesto a sacrificar muchas cosas, porque en verdad veía un mejor futuro para él y su familia.
El joven que era muy apreciado por sus familiares, vecinos, amigos y conocidos de Purísima de Arista, presumiblemente perdió la vida luego de cruzar el Río Bravo, por Nuevo Laredo, Tamaulipas y caminar algunos días junto a un grupo de personas, guiados por un par de personas que se dedican al cruce de migrantes de manera ilegal.
Extraoficialmente, se sabe que Miguel al brincar una cerca se tropezó y al caer se golpeó en la cabeza, lo que le llevó a perder la noción del tiempo y del espacio; inclusive, ya no reconocía a sus compañeros, con quienes viajaba desde Purísima de Arista.
Según comentarios de algunos de sus familiares, la deshidratación pudo haber sido otro de los factores que le llevaron a no concluir su viaje.
Por su parte, los amigos con quienes emprendió esta arriesgada aventura, decidieron no continuar el recorrido junto al numeroso grupo que, pese a la desgracia, continuaron su camino para internarse más en territorio texano, por lo que los primeros optaron por entregarse a la Policía Fronteriza, para lo cual tuvieron que caminar cerca de 24 horas, llevando consigo el cuerpo sin vida del joven arroyosequense, mismo que hace unos instantes regresó a Purísima de Arista, en donde familiares y amigos ya lo velan, para mañana darle cristiana sepultura.