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“Siempre te recordaremos Celso”: Familia Coca Servín

Era una mañana como cualquier otra; sin embargo, la tristeza se reflejaba en la mirada de don Jovo Coca y doña Lupe Servín, y es que ese lunes 17 de junio su hijo Celso partía una vez más para los Estados Unidos de América, a trabajar una temporada.

- “I miss you daddy, when are you going to come?”-  eran las palabras que la pequeña Camila, quien vive con su madre en Denver, CO, constantemente le decía a Celso cada vez que hablaban por teléfono. La pequeña, de 5 años de edad siempre fue su adoración y por ella estaba dispuesto a cruzar el imponente Río Bravo.

Celso Coca Servín desde los 15 años de edad emigró a los EUA y desde entonces se dedicó a trabajar duro en el estado de Colorado, donde residen y trabajan muchos de sus amigos y familiares de la comunidad del Valle de Guadalupe. Desde entonces solo regresó en cuatro o cinco ocasiones, tal como lo hacen muchos ilegales que cruzan la línea fronteriza en busca del sueño americano.

Este próximo 28 de julio cumpliría 32 años de edad y su más grande ilusión era disfrutar ese día con su adorada Camila; seguramente la llevaría al cine, al Mall donde le dejaría escoger un bonito regalo y a comer a un Chuck e Cheese´s o quizás a uno de los múltiples restaurantes mexicanos que hay en la ciudad.

Celso llegó a Tamaulipas en donde se hospedó en un hotel, esperando la indicación de “los coyotes” para poder cruzar el río, puesto que la zona estaba “caliente” (la policía migratoria custodiaba fuertemente el cruce de inmigrantes).

Fue el sábado 22 por la tarde la hora acordada para el cruce; todo estaba listo, cruzarían a un grupo de personas, entre ellos un par de mujeres jóvenes; para lo cual ataron rápidamente 4 cámaras de llantas de automóvil que usaron como flotadores, esto mientras el grupo de personas se desvestían para quedar solo en ropa interior o short.

- ¿Quién sabe nadar?- preguntó en voz alta uno de los 3 coyotes que encabezaban la operación. Los que dijeron no saber se subieron a las cámaras, mientras que los que sí, entre ellos Celso, les pidieron ayudar a impulsar para cruzar lo más rápido posible.

No hubo contratiempos, la zona estaba despejada y no se apreciaban por ningún lugar las temidas patrullas en color blanco con franja verde; ello lo había recalcado previamente un hombre que del otro lado monitoreaba el lugar a bordo de una camioneta.

Fueron más de 3 minutos los que demoraron en cruzar el ancho río, cuya corriente los desplazó muchos metros abajo y cuando por fin pisaron tierra firme, todos se vistieron rápidamente para enseguida comenzar a correr para llegar hasta donde discretamente les aguardaban un par de camionetas, unos 300 metros adelante.

Todos corrían en grupo, al mismo paso, lo más rápido posible; desafortunadamente frente a ellos apareció una patrulla con un par de agentes de la Policía Migratoria a bordo, quienes al instante solicitaron refuerzos. Quienes adelante les aguardaban, despistadamente pusieron en marcha sus camionetas y desaparecieron del lugar.

El grupo de inmigrantes permanecieron inmóviles ante la indicación de la Border Patrol; pero Celso y otro joven, corrieron de regreso.

El joven se escondió entre unos matorrales, a la ribera del río; mientras que Celso se lanzó al agua para retornar a territorio mexicano.

Su intento indicaba que tendría éxito, pero de la nada surgió un helicóptero cuya función es custodiar la frontera estadounidense y al visualizarlo nadando en las inmediaciones del Bravo, éste se aproximó y comenzó a descender drásticamente hasta estar a unos metros de él; el aire de la aeronave generó múltiples remolinos en el agua y por más que luchó para seguir nadando y permanecer a flote, sus fuerzas se le agotaron e inevitablemente su cuerpo se sumergió.

Al no lograrlo detener, parece que esa era la intención de la Patrulla.

Fue el equipo de rescate acuático de Protección Civil y Bomberos de Tamaulipas quienes más tarde rescataron el cuerpo que la corriente llevó a la orilla mexicana.

El cuerpo permaneció en la morgue como desconocido, hasta que el lunes por la mañana sus familiares confirmaron su identidad para a partir de entonces solicitar su traslado.

Este lunes 24 de junio, a las 8:30 horas, sus padres, hermanos y amigos recibieron su cuerpo en el Valle de Guadalupe para darle el último adiós y para despedirlo como un gran ser humano que desde joven buscó mejores oportunidades de vida.

Celso ya descansa en paz; hoy por la mañana con música de huapango fue sepultado en el panteón de La Margarita y en donde la familia Coca Servín recibieron grandes muestras de afecto para ayudarles a sobrellevar esta gran perdida.

Nota redactada con algunos datos de sus familiares y adaptada a la historia vivida por nuestro compañero Pablo Acosta.