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Orientación Familiar 1  | Las malas compañías.  

Por “Clarita” Pasos  

  

 La amistad mantiene por la virtud, se desarrolla por la virtud, como se ha visto. Entonces ¿es posible que exista amistad entre personas que actúan moralmente más ¿ los malos pueden resultar agradables uno al otro, no en cuanto malos, si no en cuanto todos los hombres tienen algo de bueno y se ponen de acuerdo.  

   Una mala influencia es esa que consigue un cambio de actitud en una persona, de modo que su comportamiento habitual no se relaciona con criterios rectos. El resultado de una mala compañía es un cambio radical en los criterios de la persona. Es decir, hay una mala influencia cuando el hombre se aparta de la verdad o del bien.  

   En otras palabras las amistades tienden a favorecer la adquisición de vicios más que de virtudes.  

   La amistad más peligrosa que se puede tener un persona es la que la hace dependiente de otra. De tal modo que el joven acepta la influencia negativa sin reaccionar, sin utilizar su criterio a ciegas.  

   Algunas veces los niños y los adolescentes se dejan llevar por lo que la otra persona posee, por ejemplo, la atracción por una moto. Eso si no tiene nada de malo : pero si lo tiene si conduce a cambiar para mal.  

  Amor a la libertad se refleja aún en la “libertad fugitiva” es decir, en la rehúye su verdadero fin. Aun en aquellos que la usan mal, merece nuestro respeto y comprensión. Se trata de un respeto compatible con la legitima defensa.  

   En ese caso la única coacción que se puede hacer dejando al mismo tiempo toda la libertad es buen humor y la lealtad de un amigo sincero. Que nos vean alegres que se de cuenta de que la virtud no significa ser antipático, ni aburrido sino al revés.  

   Cuando se poseen ideales que incluyan el deseo de orientar a los demás, se da lo mejor que se tiene. Si no consiente fundamentalmente en ayudarse mutuamente a mejorar y en alegrarse del mejoramiento humano y profesional de todos.  

   Se acaba la amistad. La amistad se destruye a menudo por la oposición de intereses, no solo por intereses visibles y tangibles si no por mil competencias, secretas y leves apenas conocidas por la mente sobre lo que operan.  

    Muchas veces el ser humano es capaz de alegrarse por el bien del amigo, por sus éxitos. Sin embargo por desgracia algunas veces se entristece ante el bien ajeno y aparece así la envidia. Sentir envidia no tiene nada de particular, lo malo es consentirla, aceptarla en el corazón. El envidioso es un ser inferior y despreciable que no tiene el don de admirar. Este don es uno de los más preciosos de los dones humanos. Muchas gracias.