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JALPAN Y SUS PERSONAJES ILUSTRES Efraín Olvera Cabrera Y Cesar Octavio Olvera Orduña ¡Charros de Corazón, Charros Hasta la Muerte!

 

LA CHARRERIA, SELLO DE NUESTRA IDENTIDAD

Por Josué Neftalí Sánchez Careaga

Cerrar los ojos e imaginar nuestras vidas con el pasar de los años, aquellos años maravillosos que forjaron la esencia de lo que hoy somos como ciudadanos y como sociedad, esa historia de nuestra gente que merodea las memorias mas sagradas de nuestro Jalpan, memorias selladas en los corazones de nuestros padres, abuelos y porque no decirlo, de uno mismo; y aunque no tuve la fortuna de vivir en esas décadas totalmente austeras, sé por mi padre Sebastián Elí Sánchez Suárez y mi abuela, Amalia Suarez Méndez, que la vida en este mágico pueblo siempre se ha rodeado de cordialidad, hermandad y solidaridad; la esencia sigue ahí, quizá falta pulirla un poco, pero en aquellos años se daba de manera espontánea, así como tenderle la mano a tu propio hermano de sangre o abrazar a tu amada madre.

 

Pero, ¿de qué otra cosa podemos hablar en estas líneas que pretenden hacer renacer esos recuerdos y echar a volar la imaginación de nuestras nuevas generaciones?, seria hermoso que ellos también se enamoraran de su tierra y su historia, porque definitivamente, parte de lo que somos como personas, se puede ver reflejado paralelamente en el crecimiento y desarrollo de Jalpan de Serra;

Pues bien, será necesario en esta ocasión escribir de una actividad que durante años nos ha identificado, no solo como mexicanos y queretanos, sino como Jalpenses y Serranos, aun y cuando exista la posibilidad de no ser aficionado de esa actividad deportiva y tradicional, me refiero a la charrería, esa bella acción de montar un hermoso caballo y vestir esos trajes tan elegantes con botas, espuelas y sombrero que no hacen a un hombre ser hombre, pero si le dan esa gallardía y elegancia que como buen mexicano se porta con orgullo y se lleva marcado en la piel.

Hijo de María del Pueblito Orduña Ramírez y Efraín Olvera Cabrera, nacido el 29de noviembre de 1968, Cesar Octavio Olvera Orduña, es ejemplo vivo de lo que es el amor a la charrería y que a lado de muchos otros hombres y mujeres audaces, emprendedores y visionarios, le dieron esa grandeza a la profesión que se ha consolidado hasta nuestros tiempos y que sigue en pie a pesar de la modernidad que día a día nos alcanza y nos sofoca.

Pero, ya que he mencionado los nombres de Pueblito y Efraín, debo hacer una pausa obligada en la redacción para homenajear a esta hermosa pareja de esposos que forman parte de esa esencia que les mencionaba, que caracteriza a nuestro pueblo y que sin duda son parte importante en el desarrollo económico e historia viva.

Él, siempre fuerte e incansable, Don Payín Olvera, comerciante de corazón y mil usos por necesidad, en su juventud fue carnicero, camionero en la ciudad de Santiago de Querétaro y productor de aguardiente, esta última actividad lo empujo a tener la primera vinatería que existió en esta cabecera municipal, la cual estaba ubicada en lo que muchos años después fue la zapatería 4 hermanos, locales de la Señora Evelia Altamirano.

Hacia el año 1970, Gobierno del Estado le concedió el permiso para vender vinos y bebidas alcohólicas, de aquí nace la idea de establecer además una cantina, la famosa cantina El Aguaje, la cual construyo en lo que ahora es el estacionamiento del hotel y restaurante El Caporales. Esta histórica cantina era un bohío o cabaña de costera con techo de paja, y era atendida por él mismo, aunque al principio le costó mucho trabajo, pues su residencia y la de toda su familia estaba en Santiago de Querétaro y constantemente se obligaba a venir a supervisarla, por lo que debía pagar renta en la ya establecida Posada Aurora y en ocasiones, en la Posada Trejo, lo que le generaba lógicamente un gasto extra que sin duda no era nada su agrado.

Era momento de tomar una nueva decisión que a la postre generaría más economía al pueblo.  Comenzó a construir a un lado de su cantina un pequeño cuarto para poder tener a donde llegar, un solo cuarto existía en ese entonces, pero a finales de los años 70s, por mandato del Gobernador del Estado, Rafael Camacho Guzmán (1979-1985), se comenzó la construcción de nuestro Hospital General, por lo que hubo mucha mano de obra foránea que también tuvo la necesidad de tener un pequeño  lugar en donde vivir durante el tiempo que durase la construcción, así pues, otorgó gratuitamente su cuarto y construyo a un lado uno nuevo para él, sin embargo, la misma situación se volvió a presentar y muchas más personas obreras vinieron a él a pedir refugio, es así como toma la decisión de comenzar la construcción de más cuartos para dar respuesta a las necesidades presentes y urgentes, de tal manera que entre los años 1979 y 1980, comienza la construcción del hotel Camino Viejo y del Restaurante Caporales, en donde se les daría de comer a todas esas personas. Fue necesario entonces la presencia permanente de su amada esposa, la señora Pueblito Orduña, quien con mucho amor, esfuerzo, dedicación, sacrificio y magnifico sazón, comenzó a atender personalmente el restaurant apoyada siempre de sus 6 hijos, Víctor Hugo, Cesar Octavio, Juan Carlos, Nayeli Olivia, Alejandro José y Efraín, aunque en realidad, esta hermosa pareja tuvo 2 maravillosas hijas más, quienes fueron llamadas a la presencia de Dios Padre, Maricela a los 6 años e Irma Pueblito prácticamente al nacer, esos ángeles que desde entonces los cuidan y hacen sentir su presencia en la familia.

El Aguaje tuvo que desaparecer temporalmente para dar lugar al nuevo negocio familiar que pronto se fortalecería y contribuiría al desarrollo económico de la región;

Que increíble es poder revivir esas estampas de nuestra historia; Efraín Olvera y Pueblito Orduña, leyendas vivas que forjaron una historia de esfuerzo, perseverancia, disciplina y generosidad digna de contar. A ellos, un agradecimiento total.

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS PRIMEROS AÑOS DE LA CHARRERIA DE MANERA OFICIAL EN JALPAN

Pues bien, continuando con mis líneas y a propósito de tan grandes personajes, Cesar Octavio Olvera Orduña, es hijo de esta maravillosa pareja ejemplo de vida, es el tercero de los hermanos. Estudio la primaria en Santiago de Querétaro y la secundaria en esta misma ciudad, en el Centro Educativo en Corregidora Centro, un Colegio católico y sede del Arzobispado de Querétaro. La preparatoria la estudió en la Universidad Autónoma de Querétaro hasta el cuarto semestre y la continuó en el Colegio de Bachilleres Plantel 4, cuando sus padres decidieron radicar en la tierra que los vio nacer; fue así como conoció a esa hermosa y maravillosa mujer que sigue siendo su compañera y el amor de su vida, con quien se caso el 23 de diciembre de 1989, Santana de la Torre Zepeda, hija de Manuel de la Torre y Soledad Zepeda, quien ha sido su soporte incondicional y su mejor consejera y amiga.

Cuando estudiaba en Querétaro le nacido el gusto por la cacharrería, pues don Efraín Olvera era muy aficionado a esta disciplina y lo llevaba a los eventos que se llegaban a organizar en aquella ciudad; así pues, con toda su ilusión por aprender, en 1976 ingreso a una escuela infantil de charrería y fue alumno de Don Rafael Ordoñez de la Vega, reconocido charro queretano, muy bien posicionado y heredero de la dinastía charra queretana.

Después de esos años increíbles aprendiendo de los mejores, deja atrás Santiago de Querétaro y llega a Jalpan, pero jamás perdió la idea de continuar practicando lo que ya es un deporte en nuestro país.

Fue así como siguiendo la idea de su padre, fue parte importante en la creación de un equipo de jinetes que fueron apoyados por el entonces presidente municipal el Profe Antonio Trejo Mejía en el año 1986, y para el 28 de agosto de 1990, siendo ahora presidente municipal el Lic. Pedro Torres Sauceda, se constituyó oficialmente como Asociación Charra, denominada hasta nuestros días como “Charros Unidos de Jalpan”, además de que se construyó todo el graderío alrededor del ruedo para de esta manera, tener un lienzo charro a la altura de los grandes eventos que se venían. Gracias por siempre Lic. Pedro Torres.

Por cierto, el ruedo original existe desde 1970, en el periodo de otro gran presidente de Jalpan, nuestro querido Don Jesús Rocha Pedraza. En ese tiempo, Don José Hernández, Don Erasmo Pedraza, Don Luis Flores y Don Roberto Erreguín oriundo de San Joaquín, decidieron construir los primeros cimientos del inmueble, todo con la finalidad de poder utilizarlo durante eventos de la Feria Regional, toda una tradición desde 1968 con Don Chucho Rocha al frente del Ayuntamiento, también a usted, gracias totales don Chucho Rocha.     

A partir de este momento nacen los torneos de charros locales y se comenzó a participar en charrerías federadas, así como en ferias y en jaripeos, lógicamente como equipo, siempre representando a Jalpan. Este magnífico charro Jalpense, Cesar Olvera, desde su primer participación mostro gran gallardía y se dejaba admirar por la afición, quienes comenzaban a ver en aquel jovencito valiente a una de las mejores figuras, no solo a nivel local sino estatal y federal.

Paralelo a esto, pero con la misma esencia, montar toros de ganaderías reconocidas, comenzaba a ser una alternativa mas para desahogar los niveles de adrenalina que corrían por su sangre y saciar sus ganas de triunfo que ya se le había hecho una costumbre saborear, competía y era compañero de excelentes jinetes que dejaban todo en el ruedo y daban un gran espectáculo visual a aquella población que comenzaba a hacer suya la actividad y que a la postre jamás dejaría que esta se fuera; Luis Muñoz, Roque Reséndiz, Juan Ramírez, Pancho Cabrera y Demetrio Aguado, de quienes, para ser honesto,  no tenía la más mínima idea de que ellos en sus tiempos de gloria fuesen tan excelentes jinetes; no cabe duda que Jalpan es rico no solo en historia, si no en la esencia, carácter, fortaleza, habilidad, destreza y visión de su gente.

La charrería, deporte nacional que llego a Jalpan para quedarse, pasión de muchos y deleite de más, como del gran Cesar Payín, como lo conocen localmente, fue figura e inspiración para quienes deseaban poder charrear y para quienes tuvieron la fortuna de verlo en acción era todo un deleite y un magnífico espectáculo, pues ejecutaba suertes de alto nivel como jineteo de toro, el paso de la muerte y manganas a pie que eran sus talentos fuertes, también cala de caballo, colas y terna en el ruedo, todo esto junto, hacía sentir orgullosos a los Jalpenses, pues sabían que había surgido tan magnifica representación en torneos foráneos, pues en definitiva ha sido uno de los mejores charros que ha dado esta sagrada tierra.  

Don Rafael Muñoz fue uno de los principales apoyos en esta travesía y forman parte de la historia, entrenadores de gran nivel y muy reconocidos, como Honorio Olvera procedente de Cadereyta de Montes, Nacho Anaya de San  Juan del Rio, el gordo Villegas como lo conocían en el medio, originario y procedente de la Ciudad de México y el señor Alfonso Flores de Rioverde San Luis Potosí, todos ellos llegaron a Jalpan gracias a las amistades charras que don Payín Olvera había formado durante su estadía en Santiago de Querétaro.

Con el tiempo se fueron integrando más apasionados por la actividad, como los hermanos Menindez, Oscar, David, Eduardo y Tony y los hermanos Efraín y Alejandro Olvera, quienes con su talento reforzaron el equipo y lo hicieron aún más fuerte y difícil de vencer, pues con ellos se lograron excelentes puntajes en las competencias a donde acudían.  Además, en este proyecto paralelamente se forma la escaramuza charra, con mujeres hermosas que compartían el gusto y el talento por los caballos. Mujeres como Odalis Garrido, Lulu Godoy, Perla Mendoza, Alina Mendoza, Herminia Muñoz, Magali Orduña, Esther Torres, Nayeli Olvera, Irayma Aguado y Santana de la Torre hacían lucir el ruedo y le daban ese toque de elegancia que resaltaba la belleza de la mujer Jalpense.

Sus amados caballos y mulas, parte importante en sus glorias que viven en su corazón y que jamás se irán de ese lugar tan especial reservado para ellos; La mugrosita, la enfermera, el tosedor, el monagillo, el abuelo, el dólar, la chaparra, la avispa, la colorada, la muñeca, la wera, la dorada, el tamarindo, la coqueta y el alemán, todos ellos Cuarto de Milla.

SU PASO POR EL FUTBOL

En el futbol, otras de sus pasiones, jugo con el Colegio de Bachilleres en 1986 en donde demostró un talento nato para la portería, la cual compartía con Paco Lechuga y de la mano del talentoso y querido Profesor Marco Aurelio Enríquez Sierra se tuvo un equipo bastante competitivo en primera fuerza de nuestra liga municipal de futbol. También jugo con Cachorros y aquí compartió posición con otro talentoso portero, el gran Gabriel Pedraza “pobre”.

El inmortal en nuestros corazones, el Dr. Cárdenas, era quien los ayudaba con los entrenamientos y el equipo llego a representar a Jalpan como selección durante muchos años.

Cesar también jugo con el eterno rival, el Inter de Ahuacatlán, equipo con el que logro dos campeonatos de liga. Posterior a esto jugo en un equipo que sería un histórico en el futbol local, el gran equipo Pilotos con el que también fue campeón de liga, al igual jugo con Magisterio y La Raza, siempre de portero y viviendo grandes y espectaculares finales, de la cuales ustedes pueden tener mejores recuerdos que un servidor.

Se reconoce en esta camada de buenos y talentosos futbolistas a Rubén Camacho “borrega”, Carlos Tapia, el Wero Talayote, Armando Paz, Manolo Ángeles “Manolín”, Toño Trejo “el caballo”, Tote, Martin Silva, Juan Silva y Santiago Silva, Coco Paz, Bertín Trejo “culinga” entre otros y que lamento mucho no haber podido ver jugar y que solo con las historias sobre ellos puedo imaginarlos hacer magia con el balón, pues los que menciono son de una generación, pero han sido más los magos del balón que han dejado plasmada su talento en las canchas.  

Sin duda, un gran charro y futbolista, pero mejor ser humano, respetado por muchos y admirado por sus cercanos. Como todos, con sus errores y fracasos, pero que lo han forjado en su vida y le han dado la personalidad de hoy, preocupado por las familias y por los matrimonios, pues como esposo quizá tuvo sus fallas, pero ¿quién no las ha tenido?, y son precisamente esas fallas lo que lo hicieron madurar en la responsabilidad de la familia y quienes sabemos su compromiso por ayudar a los matrimonios, sabemos el enorme corazón que tiene y toda la valentía que da al intentar salvar esas parejas que necesitan otra oportunidad. Cesar Octavio Olvera Orduña, sinónimo de compromiso, disciplina, trabajo, esfuerzo, dedicación y ejemplo de vida matrimonial hoy en día y que sin duda forma ya parte importante de la historia Jalpense, se suma a una lista incontable de hombres y mujeres que lo han dado todo por su Jalpan y que han dejado y siguen dejando huella a las nuevas generaciones, impulsándolos a superar lo alcanzado y a trabajar por el bienestar de nuestra sociedad, es tarea de todos hacer que así sea y seguir las líneas doradas que nuestros héroes locales han marcado con sus vidas para bienestar, gloria y esencia de nuestro amado pueblo mágico.

Gracias Totales Cesar Olvera, gracias por tu aporte a la historia y por seguir siendo un ejemplo de vida, tus hijas Adriana, Andrea y Alexa siguen tus pasos y lo demuestran en su quehacer diario, eres reflejo de tu amada esposas, pues es ella quien te ha mantenido en pie y motiva a ser lo que eres y eres orgullo de ellas, de tus padres y de quienes tenemos la fortuna de tenerte como amigo. Charro de corazón, charro de profesión y charro hasta la muerte.

Con Cariño tu amigo Jos.