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Desde la Izquierda El PRI y el ejército

El ADN del PRI no cambia, su debilidad por traicionar las causas del pueblo es históricamente conocida, su comunión con la democracia está llena de fraudes electorales y peor aún está su concepto de justicia social, el país quedó a la espera de esas políticas sociales y económicas que dieran alivio a los más olvidados, pero estas nunca llegaron. No por nada hoy presentan el mayor porcentaje de rechazo en el país, la opinión de los ciudadanos es que no evolucionaron ni se transformaron, hoy no tienen legitimidad para criticar o proponer y no conectan con la sociedad.

El lastre de la corrupción del último sexenio gobernado invadió todos los estamentos de sus estructuras y no será fácil borrarlo de la memoria colectiva, los mexicanos no soportaron más los excesos de una clase política que además de todo fue indiferente a una sociedad ávida de equilibrios en las castas sociales. Si López Obrador ha dado en el clavo es precisamente en este análisis, había ya una sociedad dividida a la espera de un cambio; otra cosa será la retórica presidencial que profundiza en esa división.

Reprimieron las manifestaciones sociales más importantes vividas en los dos últimos siglos, no tuvieron empacho en autorizar y encubrir las masacres más vergonzosas que hemos vivido en nuestra nación y todavía sentirse orgullosos de ello, como lo manifestó Díaz Ordaz tras la matanza de Tlatelolco que fue aplaudido a rabiar por los suyos en su quinto informe de gobierno.

Tuvieron un sector militar dentro del partido aglutinada en la Leandro Valle y hasta un partido paraestatal dirigido por militares como lo fue el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana. Sus vínculos con los de verde olivo pasaron por complicidades, negocios, privilegios y prebendas, gobernaron juntos, se conocieron hasta en el tráfico de drogas y la justicia por propia mano.

Hoy tratan de justificar su proceder con lo de la Guardia Nacional, su alineamiento con el presidente tiene dos columnas de soporte, una desde luego es la judicial, los temas con la fiscalía no es solo de su dirigente, en esa agenda se suben varios a fin de tener salvoconductos, limpiar expedientes o tener impunidad, la otra es política, la alianza no es lo que se piensa, de entrada no fue recibida como se esperaba por la opinión pública, saben que no van a ganar y tiende a beneficiar más al PAN que al PRI o al PRD; pactar con el poder les da otras garantías, les da vida para recomponerse y compran tiempo para mitigar sus pugnas internas.

De ahí que el reencuentro con el “sector militar” como lo llamó el General Secretario Sandoval, se da en un momento crucial de la 4T, se reencontraron con su historia que los unió en el pasado plegándose ambos una vez más al interés del Estado y no al del pueblo Mexicano. Aguas lo que en el pasado fue Tlatelolco para el PRI hoy puede ser Ayotzinapa no solo para Morena sino para quienes acompañan el encubrimiento y pugnan por la militarización. La reforma constitucional no pasó pero lo volverán a intentar en mejores condiciones con lo que resta de un PRI que como la fábula del alacrán con la ranita; es su naturaleza y nadie los va a cambiar.

Ulises Gómez de la  Rosa 

Presidente Estatal de Acción  Sí AC

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