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Desde la Izquierda Cambió de opinión

Las realidades se van imponiendo y eso hace cambiar de opinión, las calles se convulsionan siendo presas del miedo y la preocupación. Hasta hace poco nadie que se dijera de izquierda podría comulgar con la idea de que el ejército estuviera por encima de los poderes civiles, como lo están hoy en 30 áreas estratégicas ejerciendo gobierno en las calles; y menos aún que estuvieran de acuerdo en transitar con leyes que atentan contra los derechos humanos violatorias de la Constitución a sabiendas que la prisión oficiosa preventiva será utilizada como mecanismo de presión para eliminar del camino a políticos opositores al régimen.

De todos es sabido que la política de seguridad no ha dado resultados obligándolos a dar estos giros impredecibles para así contener la percepción de que no se está haciendo nada. La sede del debate se trasladó a los Poderes de la Unión donde el largo brazo del ejecutivo ha logrado permear su concepto de mando. El Presidente dobló a la Corte y peor estuvo el Senado en donde sus convicciones ideológicas fueron mancilladas, comieron sapos después de haber denunciado hasta la ignominia la militarización del PRI y del PAN.

Cuatro apuntes sobre el tema: el primero es que el ejército no ha cambiado, no es inmaculado, sigue siendo el mismo de las matanzas de Cananea en 1906; de los estudiantes acribillados en 1960 en Chilpancingo; el del 68 y del Halconazo del 71; el de Aguas Blancas y Acteal; el de las masacres de San Fernando en Tamaulipas en 2011; el de Tlataya en 2014 y el de Ayotzinapa donde mandos que participaron de las ejecuciones son parte de este gobierno. Quien no conoce la historia está condenado a repetirla.

La segunda es que el argumento de que no sabía del desastre que le dejaron Peña Nieto y Calderón es bastante banal, nadie mejor informado que el Presidente y nadie mejor que él que no conociera a profundidad como se encontraba el país después de haberlo recorrido en su totalidad por más de 12 años y tres campañas presidenciales.

La tercera es la coacción, los Ministros y los Senadores sintieron el jalón de quien los puso en el cargo, saben de las reglas no escritas donde la independencia y la sumisión son conceptos abstractos, la moralidad es un árbol que da moras y la ética se aplica según criterio propio. Lo mismo aplica a los del PRI, si se han dejado presionar es porque sus dirigentes y gobernadores tienen una cola muy larga que los hace sujetos de convivencia permanente con la ley y la fiscalía.

Y cuarto se ha dejado ver con mucha claridad que en materia de democracia nos hemos alejado peligrosamente de la diversidad de opiniones para concentrarnos en una sola visión, regresando con ello a la verticalidad del sistema político en donde prevalecía la sumisión y la mal entendida disciplina, evadiendo con ello la crítica, el debate y la pluralidad democrática.

La izquierda siempre dijo no cuando la derecha pugnaba por mantenerlos en las calles, pero cambió de opinión y los extremos se juntaron con una gran diferencia, la derecha siempre supo para que los quería afuera y siendo que el gobierno no va a cambiar de estrategia entonces no se entiende para que de la militarización a menos que haya algo muy perverso atrás de esto. Yo en lo particular no cambio de opinión, reafirmo no estar de acuerdo y ser de izquierda.

Ulises Gómez de la  Rosa 

Presidente Estatal de Acción  Sí AC

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