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Desde la Izquierda Kuri ¿Corcholata?

La carrera presidencial es un largo camino sinuoso a recorrer, son muchos los factores que deben confluir para que primero se dé la nominación partidaria y luego el apoyo popular para conquistar la cima. La carrera política es importante, las alianzas son fundamentales, la estructura partidaria el soporte y el diseño de campaña es crucial para ganar.

Desde luego las cosas cambian, la política evoluciona y las condiciones se acomodan para que un personaje pueda conquistar la posición. En el PAN las historias de los candidatos presidenciales van desde declinaciones, elecciones sin candidato y hasta personajes que reclamaban triunfos democráticos en urnas.

Fue con Maquío en 1988 cuando se le imprimió a la campaña presidencial del PAN una nueva dinámica de acción política nunca antes vista en su partido, las ideas y el arrojo marcaron un antes y un después, la lucha poselectoral fue determinante para desmitificar la figura presidencial y abrirle paso a un Diego Fernández de Ceballos en 1994. Esas participaciones marcaron la ruta del cambio para que en el 2000, con la incrustación de los grupos empresariales (neopanistas) descontentos por el libertinaje económico en que incurrieron los presidentes tecnócratas del PRI, pudieran llegar al poder.

Así Fox y Calderón se convirtieron en los primeros beneficiarios, con aciertos y errores pero fueron personajes con tradición ideológica, sus nexos con los grupos internos permitieron que fueran candidatos sólidos y competitivos, fueron disruptivos, temerarios, envalentonados al tiempo que les tocó vivir, uno enfrentó al PRI y el otro a López Obrador. Pero la historia cambió con los últimos dos, Josefina Vázquez Mota y Ricardo Anaya no lograron cohesionar al PAN, fueron de poca popularidad, con malas campañas y con condiciones como el 2018 que fueron determinantes para la debacle.

Es difícil pensar que en las condiciones actuales el PAN por sí solo pueda ganar una presidencial y menos aún en una alianza extraviada que no está preparada para hacerle frente a un aparato en el que está cantado habrá una elección de Estado.

Ganarle al gobierno requiere contrastar ideas, posicionamientos claros y una crítica contundente a la 4T, navegar con la buena relación presidencial o la aparente civilidad política no basta para ganar la nominación si es que realmente se quiere competir, siendo así el desafío para Kuri no está en el simple destape de Marko Cortés o en las calificaciones de su gobierno, el cual por cierto arrastra la violencia del estadio, el reemplacamiento y la caída de un puente entre otras cosas, sino en el manejo acertado de las coyunturas, la unidad entre los grupos del PAN, empezando por Querétaro, y las alianzas con los grupos de poder dentro y fuera del PAN, pero pareciera ser que las múltiples visitas del presidente del PAN a Querétaro son únicamente para desafiar una y otra vez a Francisco Domínguez con el beneplácito del gobernador.

La experiencia histórica ha demostrado que la máxima Vox Populi Vox Dei también se equivoca, hoy muchos de los 30 millones que votaron por López Obrador han reconvenido su decisión, pero tampoco la entregarán en automático y menos aún si no demuestran tener una idea firme del rumbo que debe seguir nuestra nación.

Ulises Gómez de la  Rosa 

Presidente Estatal de Acción  Sí AC

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