Uno de ellos, nacido el 17 de diciembre de 1958 para gloria de Dios, orgullo de sus padres y hermana, respeto de sus amigos, admiración de sus alumnos y amor de sus 5 hijos y de su hermosa esposa, María del Carmen Juárez Sánchez, la siempre noble, gentil, profesional y admirable Maestra Carmen, quien Dios envió desde Torreón Coahuila para ser la compañera amada en su caminar, en sus triunfos y derrotas y en sus logros y fracasos y con quien se casó el 13 de noviembre de 1982, me refiero a nuestro querido Profe Marco o Profe Bora, como muchos lo conocemos y que fue bautizado así por sus amigos al tener la gran destreza de aquel magnifico entrenador de origen Servio de nombre Bora Milutinović, que dirigió a la selección mexicana en el mundial de México 86 y que llevó al equipo hasta la etapa de los cuartos de final, venciendo a escuadras fuertes como Bélgica, Irak y Bulgaria, empatando con Paraguay y cayendo con la frente en alto ante la siempre poderosa Alemania.
El Profe Marco, es uno de los mejores jugadores de futbol que ha dado este pueblo, medio volante ofensivo y algunas veces delantero, era aguerrido y con mucha técnica, imparable y audaz con y sin el balón, formo parte de la poderosa selección de futbol de Jalpan que disputaba encuentros memorables contra equipos fuertes como Ahuacatlán, todo un clásico de la zona, Pinal y Arroyo Seco. Fue una selección que muchos hubiésemos deseado ver jugar, pues la integraban quienes fueron elegidos por Dios para dominar, manejar y contralar la pelota de una forma sublime e inigualable; jugadores como Martín Suárez, que por cierto, dicen los que tuvieron la dicha de verlo en acción en las canchas, que ha sido el mejor jugador que ha dado no solo Jalpan, sino toda la Sierra Gorda; sus hermanos, Ricardo Suárez (Guishe) y Rosalio Suárez (Gallero), Carlos Pedraza (Nino), Salomón Trejo, Rubén Camacho (El Borrega), Gabriel Pedraza (El Pobre), Jorge Paz (Coco Paz), Bertín (Culinga), José Montes de Oca Valdivia, Elí Sánchez Suarez, Salvador Chávez, Amador Sifuentes, Moisés Pacheco, Mata, Emilio (Melenas), Beto Ledesma (Pitorcas), Flaviano Montes (Favo), José Cabrera (El Humo), Álvaro Flores (El Gallo), Rafael Cabrera (El Piojo), Jesús Méndez (Chucho), Tote y más recientemente Manolo Ángeles, (Manolín) y el pequeño Gran Saul Camacho (Sapo), sin olvidar mencionar y con letras de oro al muy querido y amado Dr. Cárdenas, el doctor de casi todo Jalpan, que siempre los acompañaba y dirigía en los partidos y que para algunos de ellos fue como un padre en toda la extensión de la palabra.
También formo parte de la selección de la Centenaria Benemérita Escuela Normal del Estado cuando fue estudiante de tan honorable institución y de más joven, la selección de la Secundaria Técnica número 3 y de la escuela Melchor Ocampo, lo que demuestra que nació para jugar al futbol, lo lleva en su sangre y en sus genes.
Dirigió a varias generaciones en los torneo locales y regionales de futbol y basquetbol, siempre al frente de un Colegio de Bachilleres Plantel 04 que era imparable, institución de la que formo parte de la plantilla de docentes desde 1985, año en que se inauguró la educación media superior en esta ciudad y hasta el 2014. Con él cómo director técnico se jugaba siempre a la estrategia deportiva y de la manera más limpia posible, combinando todas esas jugadas que durante la semana eran practicadas en la inolvidable cancha de futbol del COBAQ 4, una y otra vez se repetían la estrategia en los entrenamientos hasta que salía como solo a él le gustaba.
Marco Aurelio Enríquez Sierra, hombre de visión y comprometido no solo con el desarrollo de los jóvenes en el deporte, sino con la educación de muchas generaciones, pues fue maestro de primaria de 1983 al 2010, en donde forjo no solo el saber, sino el carácter de quienes tuvimos la fortuna de ser sus alumnos en la honorable Escuela Primaria Melchor Ocampo. Comprometido con su noble labor, siempre ha sido ejemplo de constancia, disciplina, respeto, perseverancia lucha, honradez y honestidad. Y en su quehacer diario jamás dio la espalda a la importancia de formar a un alumno no solo en el aula, sino en su desarrollo, entorno y adaptación a nuestra sociedad, pues fuimos muchos los que recibimos de él un sabio consejo de empuje y de lucha, buscando siempre el encontrase con uno mismo y desarrollar las habilidades que seguramente se tenían muy escondidas. Su aporte al deporte Jalpense y de la región serrana ha dejado huella indudable y ha permitido que las ligas de futbol y básquetbol sean tan fuertes como el mismo. Además de haber logrado crear recientemente la Academia Municipal de Baloncesto Boritas y el 1er Torneo de Basquetbol Infantil donde participaron niños entusiastas de Tamazunchale, Taman, Rio Verde y Xilitla del estado de San Luis Potosí y un equipo más del Estado de Hidalgo, siempre rodeado de los padres de familia que confían plenamente en él porque saben la calidad de ser humano que es y de la exigencia y disciplina que forja el carácter en cada alumno que se refugia en sus enseñanzas.
Profe Marco, estas palabras son nada para poder expresarle a nombre de todos los que hemos tenido la fortuna de conocerlo la enorme satisfacción que nos da el poder decir con orgullo que parte de lo que somos, se lo debemos a usted, tenga la seguridad que su granito de arena ha impactado en muchos de nosotros, ser hombres y mujeres de bien es lo que le da el verdadero valor a esta sociedad que tanto lo necesita, sus enseñanzas ayudaron a no perdernos por el camino fácil, el deporte sea como sea y sea cual sea, siempre será de gran ayuda en el desarrollo físico, intelectual y emocional de los niños, jóvenes y adultos y usted con su predicar diario sigue siendo un ejemplo para las nuevas generaciones.
Que todo Jalpense de nacimiento y de corazón sepa quien fue y quien es Marco Aurelio Enríquez Sierra, que los papas de hoy que fuimos sus alumnos, alimentemos de esperanza a nuestros hijos, contándoles de las hazañas, las proezas y la valentía que hombres como él han hecho y han contribuido para que Jalpan tenga la grandeza que tiene hoy, que sepan que haciendo las cosas bien y con amor se logran grandes retos, se logra lo que uno se proponga y sobre todo se logra quedar para siempre guardados en la memoria y en los corazones de quienes te aprecian y aprender a querer, así tal cual usted mi querido profe Marco. Tenga la certeza de que Jalpan le debe mucho y que no hay mejor manera de pagarle todo su aporte, que, enseñado a nuestras nuevas generaciones, así como usted nos enseñó en su momento, amar lo que se hace, terminar lo que se comienza, hacerlo con todo el corazón y sobre todo levantarse cada vez que se cae, porque, en el arte de ascender, el éxito no radica en nunca caer, si no en no permanecer caído, tal cual usted lo ha y sigue demostrando con garra, con fuerza, con lucha y empuje. Dios una vez más bendijo a Jalpan el día en que usted nació.
Gracias totales Profe Bora
Con Cariño, su alumno Josué Neftalí Sánchez Careaga.