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Recordarme

Honor a quien honor merece Profesor Francisco Trejo Mejía

 

Por: Josué Neftalí Sánchez Careaga

Hablar del Profesor Francisco Trejo Mejía, es hablar de poesía e inspiración, es saber que gracias a él se comenzó el desarrollo de un Jalpan que partió en su camino hacia la modernidad, aun a pesar de todas las dificultades que tuvo que enfrentar cuando por amor a nuestro pueblo, Dios lo puso al frente como su Presidente Municipal de 1976 a 1979.

 

Personaje histórico de nuestro Pueblo, que con valentía y visión logró juntar a dos tierras que tuvieron la dicha de sellar las huellas de nuestro Fray Junípero Serra en su paso por estos dos países, pues en 1977, siendo él presidente municipal y con el gran apoyo e interés del Arquitecto Antonio Calzada Urquiza, Gobernador del Estado, cruzó el océano atlántico para firmar el Pacto de Hermandad entre Jalpan y Petra, municipio de Mallorca en España, lugar en donde Fray Junípero Serra nació hace ya 307 años; pacto que sigue vigente hasta nuestros días y que gracias a ello Jalpan cambia su nombre a Jalpan de Serra en honor a tan grande evangelizador y que además, hoy una de las calles de nuestro hermoso centro histórico lleva el nombre de esta ciudad natal del Fraile de nuestros amores, Calle Petra de Mallorca. 

Como un pequeño homenaje a un ejemplo de vida, hoy quiero compartirles esta hermosa poesía que él escribió en el año de 1965 y que en lo particular yo disfrutaba mucho poder declamar en los famosos concurso de poesía escolares. Una de sus muchas obras literarias que lo bañan de grandeza y que como lo dije al principio, de inspiración para quienes tenemos la dicha y la fortuna de conocerlo, estrechar su mano y escucharle contar algunas de las grandes historias que macaron y forjaron lo que hoy podemos presumir como un Pueblo Mágico maravilloso. 

Profe Quico, muchas gracias por ser quien es, gracias por su existencia, gracias por sus enseñanzas a tantas generaciones, por su ejemplo de vida, por su honradez y honestidad, por el amor que le tiene a su pueblo, pero, sobre todo, gracias por haber nacido Jalpense.

Del Profesor Francisco Trejo Mejía

A JALPAN

En lo más abrupto de la Sierra Huraña,

Entre matorrales que verdes se estampan,

En un valle hermoso que hay en la montaña

Se yergue un pueblito que se llama Jalpan.

Allí donde el Fraile Junípero Serra,

Hombre procedente de la patria hermana,

Enseño a los indios a amar a su tierra

Convirtiendo a todos a la fe cristiana

Donde como huella de su gran misión,

Combinando todas las gracias del arte,

Lleno de entusiasmo le dio construcción

A la Santa Iglesia que es todo un baluarte.

Allí donde corren aguas cristalinas,

De un rio que embellece sus alrededores,

Donde los sabinos sirven de cortinas

Para protegerse de fuertes calores.

Bañarse en sus aguas es ya tradición,

De todas las tardes de otoño y verano,

Familias enteras que van de la mano

Sonrientes y alegres de satisfacción.

Allí donde abundan mujeres hermosas,

De todas las castas y clases sociales,

Mujeres que pasan luciendo orgullosas

Las prendas que llevan en sus atavíales.

En los días domingos es una costumbre,

Que todas unidas den vuelta al jardín,

Dejando a su paso chispazos de lumbre,

Dejando su aroma de grato jazmín.

Allí donde viven como un pueblo hermano,

Conservando siempre su hospitalidad,

A los visitantes les tienden la mano,

Compartiendo alegres su felicidad.

Grupo del recuerdo, valses y redovas,

Domingos de tianguis, fiestas, tradiciones

Poetas que cantan sus versos y trovas,

Se baila el huapango, se tocan los sones.

Allí donde todos conviven contentos,

Dedicados unos al noble comercio,

Otros que a su espalda soportan el tercio

De leña que venden pa´ sus alimentos.

Donde el campesino labra muy feliz,

La tierra que abona con sumo cuidado

Siembra la semilla, cosecha el maíz,

Frijol y garbanzo, sustento sagrado.

Allí donde bajan de las rancherías,

Los típicos hombres de morral terciado,

Gustosos se surten de las mercancías

Con que la señora les freira el guisado.

Las buenas inditas de enaguas floreadas,

De trenzas que adornan con bellos listones,

Ante sus espaldas llevan resignadas

A sus chilpayates de humildes cotones.

Allí donde cada primero de mayo

Todos los vecinos se van de paseo,

Montando orgullosos su brioso caballo,

Le dan a sus mentes algo de recreo.

Visitan los riscos y el puente de Dios,

Cuevas que atraviesan montañas enteras,

Formadas por grandes corrientes de ríos,

Lucen muy hermosas, lucen altaneras.

Ese es el pueblito donde yo he nacido,

Donde me he pasado los años de niño,

Entre arboles verdes feliz he crecido

Rodeado de amores, afecto y cariño.

Por eso lo quiero con el alma henchida

De grata ternura y de satisfacción,

¡ ¡Jalpan, tierra santa que me diste vida,

¡¡Te amaré por siempre con el corazón!!

 

Jalpan Qro, diciembre de 1965.

Autor: Prof. Francisco Trejo Mejía.