Por: Mtra. María Luisa Gil Montes

• En el comentario de esta semana hablaremos de los jóvenes, pero sobre me gustaría felicitarlos por el Día Mundial de la Juventud…

En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas, designó el 12 de agosto como el día Internacional de la Juventud, cuya finalidad es promover el papel de la juventud como parte esencial en los procesos de cambio y para generar un espacio que ayude a crear conciencia sobre los desafíos y problemas a los que éstos se enfrentan día a día.

El Día Internacional de la Juventud se crea para celebrar y dar voz a la juventud, a sus acciones y sus iniciativas, y este es, sin duda, el marco idóneo para reflexionar sobre los temas más relevantes de este grupo poblacional; usualmente hablamos sobre la importante que tienen los jóvenes, el impacto social, político y económico, que representan, de las responsabilidades y compromisos que tienen con la sociedad, de lo que se espera de ellos!!! Pero ¿cuándo se habla sobre las situaciones a las que en la realidad se enfrentan?, por ejemplo, en el tema económico, es la población que menos acceso tiene al empleo formal, sin más explicaciones, simplemente no se les tiene confianza y por ende no se les da la oportunidad, teniendo como única opción el empleo informal, en donde laboran una jornada extensa de trabajo, sin recibir prestaciones, seguridad social o una posibilidad de pensionarse.

La depresión es algo fuerte a lo que también están muy propensos los jóvenes, y ahora con esta situación mundial que se vive, en donde practicar los deportes como comúnmente se jugaban ya no es una opción, en donde salir con amigos, platicar, convivir, es algo restringido,  en donde se pasa la mayor parte del tiempo dentro de redes sociales aislados de la sociedad, las estadísticas aumentan. Loa adultos por otra parte, preocupados por llevar el sustento a la familia, por regresar a laborar, por dotar a los hijos de los implementos y tiempo necesario para que cumplan con sus actividades escolares, nos olvidamos de platicar con nuestros jóvenes, de crear conciencia que ellos además de los cambios fisiológicos por lo que tienen que pasar, y que no siempre son fáciles de llevar, ahora también se pueden sentir más solos que nunca, limitados en todos los aspectos y lejanos de las actividades en donde pudieran encontrar resguardo emocional, sobre todo.

Lo que vivimos en esta época no es culpa de nadie, pero sí es responsabilidad de todos hacerlo de la mejor manera, en donde los daños colaterales sean aminorados… ¿cómo? Con tiempo de calidad en familia, tomándolos en cuenta, acercándonos a ellos y escucharlos con respecto a cómo se siente, también es importante buscar actividades que colaboren en su desarrollo, para que estos meses no sean un “tiempo perdido” porque sin duda el ocio puede contribuir a la depresión.

Como sugerencia algunas de las actividades que pueden realizar los jóvenes en esta etapa de confinamiento pueden ser: organizar un club de lectura en donde se compartan comentarios mediante alguna app (whats, zoom, etc), con el uso de tutoriales pueden aprender a tocar un instrumento musical, realizar platillos de comida para compartir en familia, crear tú propia rutina de ejercicio, etc, etc… el límite es tú imaginación!!! Entre todos saldremos de esta más fuertes y más unidos.